Por: Enrique Uribarren Castro
En
primer lugar, deseo agradecer a ADN
Informativo la oportunidad que me brindan de recobrar una actividad que,
hace años realice para los periódicos El Norte de Monterrey, El Financiero en su edición de aquella misma ciudad y Zócalo de Saltillo, cuando fungía como
Secretario Nacional de la Comisión de Jóvenes Empresarios de CONCANACO.
Una
vez hecho este genuino agradecimiento, es menester abocarnos al tema que nos
ocupa y que está relacionado con el agua y los retos que implica para el nuevo
gobierno del estado.
Las
nuevas autoridades nos han manifestado su deseo y comprometido esfuerzo, para
lograr elevar las condiciones de vida de todos los que vivimos en este hermoso Querétaro.
Si
estos deseos los enlazamos con los Objetivos de Desarrollo del Milenio,
establecidos por la Organización de Naciones Unidas, encontraremos que el
suministro de agua de buena calidad a la población es uno de los servicios
básicos empleados como indicador de calidad de vida. Adicionalmente encontramos
que es un factor determinante en el
desarrollo económico y social de nuestra entidad.
Por ello, resulta indispensable que tengamos
claridad sobre la situación que guarda este importante recurso en Querétaro. La
disponibilidad de agua con la que contamos está comprendida en dos cuencas
hidrológicas:
La del Panuco, que comprende el 79% de la superficie
estatal, y con un volumen de agua concesionado de
651millones de m3 al año, que representa el 68% del volumen total concesionado.
La del Lerma, que comprende el 21% de la superficie
Estatal, y con un volumen de agua concesionado de 307 millones de m3 anuales, que representa el
32% del volumen total concesionado.
En
este contexto, resulta conveniente
enfocar nuestra atención en el hecho de que en los últimos 30 años, el estado
de Querétaro en general y su Zona Metropolitana en particular, han desarrollado
crecientes y complejos problemas en relación con el agua necesaria para
satisfacer nuestras necesidades presentes y futuras.
Para la nueva administración estatal los retos
existentes en torno al manejo del agua están claramente vinculados con la
creciente demanda, originada por el intenso aumento de la población, nuestro
pujante desarrollo económico, así como por la escasez existente de este recurso
natural.
En el caso de la Zona Metropolitana, un alto
porcentaje del agua que se utiliza proviene del acuífero del Valle de
Querétaro, el cual manifiesta una sobre explotación del orden del 60% en
relación a su recarga. Esta condición de sobreexplotación del acuífero lo pone
en grave riesgo, por lo que deberá diseñarse una nueva política pública
tendiente a la racionalización del consumo en todo el territorio estatal.
Tomando
en consideración la demanda actual de agua que tenemos y, la capacidad de la
infraestructura hidráulica con la que contamos para aportar una oferta
sustentable, encontraremos que de acuerdo con las publicaciones de
disponibilidad de agua publicadas por la CONAGUA, Querétaro tiene un déficit de 243 millones de m3 de agua al año.
Por
ello, hoy más que nunca es necesario hacer
un uso eficiente del agua, con objeto de garantizar que la población del Estado
tenga agua potable en la cantidad y calidad que requiere. Es este sentido, es
de relevancia que el nuevo gobierno impulse e implemente un esquema que
contemple la disminución de dotaciones de agua en el ámbito urbano, pasando de
200 litros diarios por habitante, a 180 litros y en el ámbito rural, de 180
litros diarios por habitante a 160 litros, implementando medidas como
incentivar la sustitución de inodoros convencionales por modelos de doble
descarga, así como de regaderas tradicionales por las de bajo consumo. Con
estas acciones estaríamos generando un ahorro de 41 millones de m3 de agua al
año.
En
este mismo contexto, es necesario que el principal consumidor de agua en el
estado, que es el campo, incremente su porcentaje de eficiencia en el riego, el
cual en la actualidad presenta un índice del 63%, y si la nueva administración
a través de la SEDEA logra incrementar este porcentaje al 85% de eficiencia en
riego, implicaría un ahorro de 95
millones de m3 de agua subterránea y 19 millones de agua superficial.
Adicionalmente,
se deben de realizar nuevas obras de infraestructura y de mantenimiento a los
bordos e instalaciones existentes, que nos permitan incrementar la capacidad de
almacenamiento de agua en presas, que a su vez permitan aumentar la superficie
agrícola de riego y asegurar el abasto de la población.
De
igual forma, es menester trabajar en la reparación de todas la redes de
conducción para reducir las pérdidas por fugas, las cuales en la actualidad se
estiman son de 1,200 litros por segundo,
lo que equivale al volumen total de agua que se trae actualmente para abastecer
a la capital con el sistema Acueducto II. En otras palabras, toda el agua que
conducimos por el Acueducto II se desperdicia en fugas, con un costo económico
y ambiental enorme, que equivalen a 38 millones de m3 al año.
Otro de los objetivos prioritarios que la administración
encabezada por Pancho Domínguez deberá atender estar relacionado con el
saneamiento, que representa un elemento esencial en las políticas de salud
pública, ya que tiene un impacto directo en la calidad de vida de las familias.
Por ello, es menester realizar esfuerzos adicionales
que permitan coadyuvar al objetivo de alcanzar una cobertura universal de
alcantarillado conectada a una red de colectores de aguas residuales que
permitan incrementar sus niveles de tratamiento, ya que en la actualidad el
volumen de agua residual generada en el estado se estima en 114 Millones de m3,
es decir, 3,600 litros por segundo, contándose con una capacidad instalada para
su tratamiento de 2,500 litros por segundo, de los cuales son tratados únicamente
1,700 litros por segundo, lo que equivale al 68% de la capacidad instalada.
El incrementar el volumen de agua residual tratada a
su capacidad instalada nos permitirá disminuir la brecha hídrica entre la
oferta y la demanda, al incentivar con la industria y el campo su reutilización
intercambiándolas por aguas de primer uso, que se traducirían en un ahorro de 79
millones de m3 de agua al año.
Para ello, es necesario también impulsar una
política pública fiscal de incentivos en nuestro estado para aumentar de manera
significativa el saneamiento y la reutilización del agua.
De implementar todas estas acciones, estaríamos
generando un ahorro total de 272 millones de metros cúbicos de agua al año,
con lo cual estaríamos revirtiendo el déficit en un superávit de 29 millones de
m3 al año, los cuales se podrían destinar como caudal ecológico y
adicionalmente mantendríamos intacta la reserva de 395 millones de metros
cúbicos al año, decretada en el año 2013, como una reserva para la
sustentabilidad del recurso hídrico en Querétaro.